Después de la destrucción provocada por Guerra Civil Española, el “Servicio Nacional de Regiones Devastadas y Reparaciones” construyó casas nuevas. Ante la escasez, la premisa era clara: facilidad constructiva y materiales autóctonos..
Entonces la palabra sostenibilidad no existía, pero había arquitectura consciente. Siguiendo esta idea, la reforma gira en torno al respeto y a la conexión de espacios originales; una doble altura permite saber cómo está construida la casa desde un único punto de vista.
Otro punto importante del proyecto era demoler unas construcciones añadidas en la parte trasera del edificio para oxigenar el patio y devolverlo a su origen.
Cuando decimos facilidad constructiva y materiales autóctonos, hablamos de muros y pilares de ladrillo macizo, forjados con la técnica tradicional “revoltón” y cubierta a dos aguas con estructura de madera y entrevigado cerámico.
Respetar la estructura original es economía y sostenibilidad. Dejar los materiales originales a la vista no solo es decoro; nos cuenta la historia del edificio, un museo que permitirá en el futuro conocer el pasado.